Fortalezas y Debilidades de un humano. Debate.

Fortalezas:

Las fortalezas son aquellas cualidades, actitudes y habilidades deseables y sobresalientes de una persona. Una cualidad se convierte en fortaleza cuando se manifiesta como un rasgo constante y destacado de la persona, lo que le da ventaja respecto de los demás.

Las fortalezas son valoradas y demandadas en determinados contextos (el trabajo, la escuela, la casa). Pueden basarse en los valores éticos de una persona, su capacidad para comunicarse, su carácter, sus capacidades o su personalidad. Compartimos una lista de 27 fortalezas de una persona organizadas por ámbito.

Fortalezas psicológicas: Son cualidades que describen la personalidad y la gestión de emociones.

  • Autoestima: Una sana autoestima se refleja en la estima y buen trato hacia los demás, lo que es fuente de éxito personal y laboral. Cuando la persona reconoce, valora y acepta sus fortalezas y debilidades con base en la realidad, transmite estabilidad emocional y confianza.
  • Resiliencia: Resiliencia es procesar las adversidades y los traumas de tal manera que la persona genere alternativas superadoras. Una persona resiliente es capaz de convertir un trauma en una oportunidad de crecimiento personal o en una motivación para desarrollar proyectos.
  • Autoconfianza: Tener confianza en sí mismo facilita el proceso de toma de decisiones, lo que influye en que los conflictos se resuelvan de manera más eficiente. Además, genera confianza en los otros, ya que es leída como signo de estabilidad emocional.
  • Autoexaminación: La autoexaminación es la capacidad de mirar hacia nuestro interior y reconocer los propios errores y aciertos. Por medio de la autoexaminación se abren los caminos de la superación personal, sea en cuanto al carácter o en cuanto a destrezas laborales. Quien reconoce sus fallas puede ponerles remedio. Quien conoce sus fortalezas, puede sacarles provecho.
  • Empatía: Ser empático es ponerse en el lugar del otro, es decir, ser sensible a las necesidad y problemas de los demás. La persona empática entiende las circunstancias que afectan el rendimiento o comportamiento de una persona en un momento crítico. Esto facilita el diálogo y la superación de la crisis.
  • Inteligencia emocional: La inteligencia emocional se define como la capacidad para percibir, procesar, administrar y expresar las emociones saludablemente. Implica comprensión, autocontrol, respeto y madurez. Las personas con inteligencia emocional son más propensas a establecer relaciones sanas y duraderas, y a crear un ambiente positivo y estimulante a su alrededor.

Fortalezas comunicativas: Son habilidades que nos facilitan la comunicación con otras personas.

  • Asertividad: Es la capacidad de comunicarse de forma elocuente y saludable en la defensa de los derechos y puntos de vista. Las personas asertivas son capaces de reconocer situaciones de abusos y ponerles límite a tiempo.
  • Sociabilidad: La sociabilidad facilita establecer buenas conexiones y relaciones personales, de las cuales se generan oportunidades. Acompañada del respeto y la determinación personal, la sociabilidad permite captar la atención de los demás, inspirar su confianza y motivación y facilitar negociaciones. Por ello, es crucial en el mundo laboral.
  • Capacidad de persuasión: La capacidad de persuasión es una gran fortaleza, pues hace posible comunicar de manera efectiva el valor de nuestras ideas, sugerencias y opiniones a los demás. Por ello, las personas persuasivas son siempre muy valoradas en áreas laborales como las ventas y las negociaciones.

Fortalezas de carácter: Son cualidades que describen el modo de actuar frente a escenarios específicos.

  • Liderazgo: La capacidad de liderazgo permite convocar, motivar y coordinar a un equipo de manera saludable y satisfactoria. Quien goza de esta fortaleza, puede liderar proyectos (propios o institucionales) y llevarlos a buen término.
  • Perseverancia: La perseverancia suele ir de la mano con la paciencia y la disciplina. Quien logra ser perseverante, es decir, quien no se da por vencido y es constante en sus esfuerzos a pesar de los obstáculos, es aquel que logra el éxito o la fecundidad personal.
  • Versatilidad: Versatilidad es el nombre que le damos a la capacidad adaptarse a las situaciones retadoras de manera activa, las cuales con frecuencia implican cambios estructurales o funcionales. Una persona versátil se dispone a aprender y actuar cuando el entorno demanda cambios.
  • Entusiasmo: El entusiasmo surge de la alegría interior y el optimismo frente a los proyectos, tareas y actividades pendientes. Influye positivamente en el ambiente circundante, pues contagia de buen ánimo a las personas. Así, el entusiasmo también es una fuente de motivación en el equipo o la comunidad.
  • Proactividad o iniciativa: Una persona proactiva es una persona con iniciativa. La proactividad es una de las fortalezas más valoradas en el ambiente laboral. Gracias a ella, se puede confiar en que la persona hará lo necesario ante una necesidad imperante, sin esperar una situación de emergencia o la orden de un superior.
  • Curiosidad y disposición para aprender: Aprender no es solo una cuestión de capacidad sino de curiosidad y disposición. Quien tiene curiosidad y disposición para aprender se desafía a sí mismo y es capaz de mejorar constantemente en conocimiento y habilidades para beneficio de todas las partes.
  • Disposición para trabajar en equipo: Quien está dispuesto a trabajar en equipo tiene su mirada en el objetivo trazado y no en su imagen. Por ello, acepta y confía en las fortalezas de los demás, al tiempo que comparte las suyas en beneficio de la causa de manera respetuosa. Esto es expresión de compañerismo, integración y confianza.
  • Sentido del humor: Tener sentido del humor es una fortaleza muy valiosa. Por un lado, es una expresión concreta de la capacidad de adaptación de las personas frente a circunstancias adversas. Por el otro, ayuda a minimizar las reticencias de otras personas hacia nosotros y crea un ambiente favorable al diálogo y la confianza.
  • Determinación: La determinación implica dos cosas. Primero, la claridad y constancia en los objetivos propuestos. Segundo, la capacidad de tomar decisiones coherentes y oportunas. Las personas determinadas no solo alcanzan sus objetivos con mayor rapidez, sino que ayudan a las personas de manera indirecta gracias a su claridad y voluntad.

Fortalezas según las capacidades: Son habilidades que nos capacitan para determinados ámbitos, como el trabajo o el estudio.

  • Pensamiento analítico: La capacidad de análisis es una cualidad intelectual que permite registrar, describir, sintetizar e interpretar la información disponible, así como hallar relaciones ocultas entre datos. Esta capacidad permite construir criterios razonados para tomar decisiones. Es muy apreciada en el trabajo, pero su aplicación es necesaria para todo aspecto de la vida.
  • Concentración mental: En el corto plazo, la capacidad permite aprovechar el tiempo para la conclusión de una tarea sin distracciones, lo que redunda en eficiencia. En el largo plazo, o en un sentido estratégico, le permite a la persona mantenerse enfocado en su propósito de vida.
  • Formación: La formación es fundamental para alcanzar el desarrollo personal, sea en el ámbito laboral, el doméstico o en el autoconocimiento. Independientemente de nuestra elección de vida, aprender y formarnos nos permite estar preparados para las situaciones que enfrentamos. Cuanto mejor formada esté una persona, será más consciente y más fecunda.
  • Experiencia: La experiencia es una fuente de aprendizaje que nos permite analizar mejor la realidad. Cuando tomamos conciencia de nuestras experiencias, las analizamos y ponderamos, logramos nuevos y originales aprendizajes que pueden ayudar a nuestro entorno.
  • Creatividad: Es la capacidad para inventar objetos, herramientas, modos de expresión y toda clase de recursos, para dar respuesta a las necesidades concretas y simbólicas del ser humano. Los actos creativos son siempre una catapulta del desarrollo personal y social.

Fortalezas éticas: Son valores morales deseables en una persona, ya que promueven el bien propio y el bien común.

  • Honestidad: Ser honesto es actuar con integridad y responsabilidad en cualquier situación, en función del bien común. Una persona honesta es transparente en sus intenciones y cuida a las personas de su entorno tomando decisiones éticas. Por ello, la honestidad es una fortaleza destacada y deseable, tanto en el orden personal como académico, laboral y ciudadano.
  • Compromiso: En tanto fortaleza, el compromiso es la capacidad de cumplir con los acuerdos establecidos y los proyectos comunes. Más allá de la obligación, mostrar compromiso es expresión de sentido de pertenencia, responsabilidad y respeto con quienes hemos establecido acuerdos.
  • Responsabilidad: Ser responsable es dar respuesta diligente y eficaz ante diversas situaciones que demandan solución. Entraña sentido común, compromiso y solidaridad. Por esta razón, es una de las fortalezas más buscadas tanto en el ambiente laboral como en la búsqueda de una pareja para formar familia.
  • Disciplina: La disciplina implica cumplir con diligencia las rutinas necesarias para alcanzar los objetivos personales y comunitarios. En lo social, la falta de disciplina se riñe con el cumplimiento del deber, la responsabilidad y el respeto. En lo personal, el talento sin disciplina se pierde. En cambio, una persona sin condiciones naturales para algo puede adquirirlas a fuerza de disciplina.


Debilidades:

Las‌ ‌debilidades‌ ‌de‌ ‌una‌ ‌persona‌ ‌son‌ ‌rasgos‌ o aspectos de la personalidad considerados negativos por la sociedad. Pero reconocer nuestras debilidades es una expresión de fortaleza. Significa que estamos trabajando en conocernos a nosotros mismos y que estamos dispuestos a mejorar y superarnos.

Por‌ ‌esta‌ ‌razón,‌ ‌tanto en las ‌entrevistas‌ ‌laborales‌ como en la elaboración de perfiles de todo tipo, ‌el conocimiento que tengamos de nuestras propias ‌debilidades‌ es esencial, ya que nos ayuda a darle a los entrevistadores una idea más auténtica de quienes somos y de nuestro valor como personas.

Con el objetivo de que puedas conocerte un poco mejor, elaboramos esta lista de algunas de las debilidades más importantes para mejorar.

  • Egoísmo: El egoísmo implica pensar en el beneficio propio por encima del bien común. Es una debilidad que afecta el desarrollo personal y es negativa en entornos de trabajo, en donde usualmente se requiere ejecutar tareas en equipo. Una persona egoísta no comparte sus recursos (dinero, conocimientos), ni está dispuesta a ayudar o recibir ayuda. Reconocer la importancia del otro y comenzar a pensar un poco más en el entorno cercano antes de llevar a cabo un acto egoísta, pueden ser primeros pasos para mejorar este debilidad.
  • Falta de empatía: No tener la capacidad de entender lo que piensan o sienten las otras personas es una debilidad muy común. La falta de empatía está influenciada en gran medida por un pensamiento egoísta y es un obstáculo para construir vínculos personales y laborales sólidos. Una persona poco empática no tiene la capacidad para entender a los demás, por lo tanto es un debilidad que afecta gravemente las relaciones interpersonales. Hacer el esfuerzo por comprender la situación del otro, incluso aunque no nos afecte o nos incumba, es un forma de cultivar la empatía.
  • Timidez: La timidez es el miedo al juicio social. Aunque se suele asociar la timidez con la introversión, en realidad se trata de dos cosas distintas. La introversión es un rasgo de la personalidad mientras que la timidez es una debilidad personal. La timidez puede impedir que una persona exprese sus ideas o desarrolle su potencial creativo por temor a ser evaluado negativamente, por lo tanto es una debilidad que puede derivar en aislamiento social. Cultivar la autoestima y fortalecer la creencia de nuestro aporte al mundo son formas de lidiar con la timidez.
  • Inseguridad: La inseguridad es una debilidad asociada a la falta de confianza en sí mismo y en los demás. Es la sensación de ser vulnerable ante las circunstancias, por lo tanto, nos resta poder de decisión y de acción ante lo que sucede. Una persona insegura va a dudar de todo lo que diga y haga, nunca va a estar satisfecha con los resultados y se enfrentará a los retos con nerviosismo. Cultivar la confianza, reconociendo que estamos preparados para los diversos retos de la vida, puede ayudarnos a superar la inseguridad.
  • Dependencia: La dependencia puede expresarse como la incapacidad para tomar decisiones y manejar la propia vida de forma autónoma. En la niñez y la adolescencia, es normal ser dependientes de los padres, pero al llegar a la adultez, lo esperado es las personas puedan hacerse cargo de sus vidas. En el ambiente laboral, un trabajador dependiente va a necesitar que alguien le diga todo el tiempo lo que tiene que hacer, lo cual obstaculiza la eficiencia del equipo y la del propio empleado. Tener claras nuestras tareas y hacer el mejor esfuerzo por ser proactivos son formas simples de mejorar la dependencia en el trabajo.
  • Soberbia: La soberbia es una sensación de superioridad que impide que la persona sea capaz de reconocer sus propios errores y de ver a otros como iguales. En una empresa, un trabajador o un líder soberbio puede ser un obstáculo para el logro de objetivos comunes, ya que siempre tratará de imponer su visión y de descalificar a sus compañeros. Cultivar la humildad y entender que existen otros puntos de vista puede ayudar a mejorar esta debilidad.
  • Envidia: Es una debilidad caracterizada por la insatisfacción que genera no tener lo que otros tienen, bien sea en términos materiales (dinero, empleo, estabilidad) o afectivos (pareja, familia, vínculos saludables). La persona envidiosa generalmente descalifica lo que otros tienen porque es su manera de desahogar el malestar que le produce no tenerlo. Entender que es posible tener lo que deseamos si nos trazamos un plan de acción y trabajamos por ello es una forma de darle menos espacio a la envidia en nuestra vida.
  • Apatía: La apatía es la falta de entusiasmo. Es una debilidad de las personas que no tienen un propósito vital, por lo cual nada les interesa puesto que sienten que no tienen objetivos que cumplir. Una persona apática puede entorpecer la dinámica familiar, educativa o laboral, ya que probablemente será poco participativa o no tendrá el interés necesario para cumplir sus tareas. Comenzar a indagar sobre lo que realmente nos gusta y atrevenos a experimentar cosas nuevas pueden ser recursos para enfrentar la apatía.
  • Hipocresía: La hipocresía es el ocultamiento de las verdaderas intenciones. La persona hipócrita puede ejecutar una acción alegando un propósito, cuando en realidad lo está haciendo con otra motivación. Cuestionarnos el valor de nuestras verdaderas intenciones y sus posibles consecuencias puede ayudarnos a dar un paso atrás antes de actuar con hipocresía.
  • Irresponsabilidad: Se refiere a la debilidad personal para encarar un asunto. El sujeto irresponsable no tiene la voluntad para hacer una tarea, pero tampoco asume las consecuencias que esto puede generar. Un trabajador irresponsable puede convertirse en una carga para sus compañeros y eventualmente puede generar problemas mayores en su organización, mientras que un padre irresponsable genera inestabilidad familiar. Hacernos responsables por las consecuencias de nuestros actos es una muestra de madurez y evolución personal.
  • Desconfianza: La desconfianza es la creencia de que las demás personas nos van a fallar, o de que las circunstancias no serán favorables para el logro de un objetivo. Una persona que desconfía de quienes le rodean está subestimando sus habilidades. Esto puede generar la necesidad de controlar lo que hacen los demás, generando malestar en el entorno. Aprender a soltar el control propio y sobre los demás, confiando en que cada persona está haciendo lo mejor que puede es el inicio para recobrar la confianza.
  • Individualismo: Es la tendencia a ejecutar las acciones que se consideran correctas, sin tomar en cuenta la opinión de otros. En el ambiente laboral, el individualismo se expresa cuando una persona ejecuta tareas según su parecer sin considerar al resto de su equipo. Cuando reconocemos que formamos parte de un equipo y que el resto de las personas también cuenta, estamos dando un primer paso para superar el individualismo.
  • Desorden: El desorden es una debilidad personal de quienes no pueden gestionar sus recursos tangibles (como el dinero) o intangibles (como el tiempo). Por ejemplo, quien no puede mantener el orden de sus espacios físicos, o quien no puede organizar sus prioridades y tareas es una persona desordenada. Establecer prioridades cotidianas, clasificar y organizar un espacio pequeño son algunas formas de comenzar a implementar el orden en nuestra vida.
  • Falta de modales: Los modales son normas de comportamiento que expresan la educación y cultura de quien los ejecuta. La ausencia de buenos modales es una debilidad personal que puede limitar las oportunidades, ya que aísla socialmente a quien no tiene la capacidad de comportarse adecuadamente. Tener la disposición para aprender y poner en práctica buenos modales nos puede conectar con muchas posibilidades.
  • Irrespeto: La falta de respeto es la falta de voluntad para acatar las normas, por lo tanto es uno de los rasgos negativos que más atenta contra la convivencia social. El irrespeto puede expresarse como falta de consideración hacia otras personas, ignorar a las autoridades, líderes, compañeros e instituciones, pasar por alto compromisos o acuerdos previos, etc. Cuando entendemos que no vivimos aislados y que todo entorno tiene sus normas estamos reconociendo que somos capaces de cultivar el respeto.
  • Deshonestidad: La deshonestidad es una debilidad personal asociada a la falta de honradez. La persona deshonesta no es capaz de actuar de forma transparente, por lo que suele recurrir a la mentira y la trampa para lograr sus objetivos. Una persona deshonrada puede convertirse en un problema serio para un equipo de trabajo o una empresa, especialmente si las tareas a realizar están vinculadas con el manejo de dinero. Una forma de sencilla de comenzar a trabajar en superar esta debilidad es pensar en todas las consecuencias morales e incluso legales que nos puede traer.
  • Ira: La ira es una expresión física de la violencia. La persona iracunda puede gritar, ofender, irrespetar e incluso, agredir físicamente a otros. La ira es una de las debilidades personales más graves que existe ya que atenta contra la integridad de bienes y personas, lo cual altera severamente la convivencia social. Cultivar la serenidad y buscar ayuda profesional en caso de no poder manejar la ira son formas en las que podemos proteger nuestra integridad y la de quienes nos rodean.
  • Avaricia: Es una debilidad caracterizada por el afán de acumular riquezas. La persona avara es capaz de hacer cualquier cosa para obtener más de aquello que quiere acumular, por lo que podría actuar con deshonestidad, irrespeto o soberbia con tal de alcanzar sus objetivos. Cuando entendemos que acaparar sin compartir solo trae aislamiento y soledad, entendemos que tal vez no es necesario acumularlo todo.
  • Cobardía: La cobardía es la falta de valor para hacerle frente a los retos de la vida. Por lo general, una persona cobarde es también insegura, ya que duda de sus propias capacidades para resolver una situación. Una persona cobarde puede evitar asumir una responsabilidad e incluso, puede culpar a otros de sus errores por temor a enfrentar la realidad. Es normal sentir temor, pero tenemos que comenzar a trabajar en nosotros mismos para evitar paralizarnos ante los retos.
  • Impaciencia: La impaciencia es la urgencia por hacer o resolver algo. Esto quiere decir que es una debilidad que impide que la persona pueda esperar el tiempo necesario para la resolución de una tarea. Un trabajador impaciente puede alterar el ritmo de trabajo o entrometerse en las tareas de sus compañeros con tal de cumplir sus objetivos, y esto afecta el ambiente laboral. Entender que todo tiene su tiempo y abandonar la necesidad de control son un buen inicio para mejorar la impaciencia.
  • Torpeza: La falta de habilidad para ejecutar una tarea es lo que se conoce como torpeza. Esta ausencia de habilidad puede estar dada por falta de aptitudes (como por ejemplo, no tener capacidades para analizar datos) o por falta de experiencia (comenzar a usar un software nuevo). Una persona torpe puede cometer un error grave sin intención porque carece de la capacidad necesaria para manejar la situación. Practicar aquello en lo que somos torpes nos puede llevar no solo a superar esta debilidad, sino que incluso nos puede llevar a alcanzar un grado de maestría, siempre y cuando seamos constantes y disciplinados.
  • Pesimismo: El pesimismo es una debilidad personal de quienes solo pueden ver el aspecto negativo de las cosas. Un pesimista es, también, un desconfiado, ya que no es capaz de creer en que las situaciones puedan ocurrir de la mejor manera posible. Comenzar en enfocarse en las pequeñas cosas positivas del día a día s una forma de combatir el pesimismo.
  • Intolerancia: La intolerancia es la falta de respeto a las personas, ideas, creencias y experiencias diferentes. En el ámbito laboral, una persona intolerante puede ser un obstáculo para el trabajo en equipo, además, su forma de pensar puede generar incomodidad y discordias,afectando el rendimiento y los resultados. Entender que existen otros puntos de vista diferentes a los nuestros, incluso aunque no estemos de acuerdo es el primer paso para comenzar a trabajar la intolerancia.
  • Impuntualidad: Una persona que no sabe gestionar su tiempo está enviando un claro mensaje sobre su falta compromiso consigo mismo y con los demás. Esta debilidad puede ser tolerada en entornos sociales, pero en el ámbito laboral puede tener serias consecuencias para el trabajador, como suspensiones e incluso despidos. Comenzar a trabajar en el desarrollo de la voluntad (para levantarnos temprano, para entregar un proyecto a tiempo) significa que estamos comenzando a comprometernos con nosotros mismos.
  • Falta de compañerismo: La falta de compañerismo se expresa en el egoísmo, el individualismo o la falta de empatía hacia los demás. Es una debilidad que impide el trabajo en equipo, por lo que es un obstáculo para establecer vínculos sociales o laborales saludables. La falta de compañerismo tarde o temprano genera aislamiento, así que no parece una debilidad que valga la pena cultivar. En cambio, reconocer el valor de quienes nos rodean y comenzar a estrechar vínculos como equipo parece ser una mejor forma de establecer conexiones.
  • Inflexibilidad: Se refiere a la dificultad para adaptarse a los cambios. Es una debilidad que puede afectar el rendimiento de la persona que la posee, ya que puede sentirse abrumada ante su incapacidad para asumir retos de forma constante. Además, la persona inflexible no admite otros puntos de vista, ya que no está dispuesta a cambiar su opinión. Abandonar la inflexibilidad puede parecer difícil, pero si existe la intención de mejorar, casa paso cuenta. Aceptar y manejar pequeños cambios cotidianos puede ser la puerta de entrada para escalar progresivamente hacia la flexibilidad.
  • Ignorancia: La ignorancia es la falta de conocimientos. Y si bien todos desconocemos muchas cosas, lo que convierte a la ignorancia en una debilidad es la falta de compromiso con el saber. Una persona ignorante no está interesada en nutrirse culturalmente, se conforma con lo que cree que sabe y no está dispuesta a superarse intelectualmente. Todos ignoramos algo, lo que nos diferencia es nuestra curiosidad y compromiso para aprender. Cuando adquirimos nuevos conocimientos o habilidades no solo nos superamos personalmente, sino que hacemos de nuesto entorno un lugar mejor.
  • Falta de experiencia: La falta de experiencia es una debilidad que puede interponerse en nuestras relaciones sociales y laborales. Al no haber experimentado algo, desconocemos sus implicaciones. Por eso, es una debilidad que suele examinarse con detalle en el ámbito laboral. La falta de experiencia se supera con la práctica. Por eso, debemos estar abiertos a las oportunidades que se nos presenten y que sean adecuadas para nosotros en función de nuestros principios y valores.
  • Incompetencia: Una debilidad que puede tener serias implicaciones en el logro de resultados es la incompetencia, que se refiere a la falta de habilidades para ejecutar una tarea. La incompetencia se puede expresar como falta de habilidades gerenciales, problemas para gestionar el tiempo o los recursos, falta de liderazgo, etc. Nos volvemos competentes cuando tenemos la intención de aprender, practicar y equivocarnos hasta dominar las habilidades que requerimos aprender.
  • Conformismo: Una persona sin objetivos personales o profesionales es conformista. El conformismo implica la ausencia de retos y la búsqueda de situaciones que resulten conocidas y cómodas. Por lo tanto, se trata de una debilidad que impide el desarrollo integral de las personas. El conformismo puede esconder falta de confianza o miedo al fracaso. Por eso, cultivar la autoestima puede ser el catalizador para buscar nuevas oportunidades que nos ayuden a crecer.
  • Pereza: La pereza es una debilidad de quienes muestran un completo desinterés en algo. Esa falta de disposición aleja a la persona de lograr objetivos personales, académicos o profesionales. Por ello, se trata de una cualidad negativa que, junto con el conformismo, atenta contra el progreso individual y colectivo. Proponernos nuevos retos, buscar aquello que enciende nuestra chispa creativa pueden ser formas de comenzar a combatir la pereza.

The ultra-diffuse galaxy GAMA 526784 appears as a tenuous patch of light in this image from the NASA/ESA Hubble Space Telescope. This wispy object resides in the constellation Hydra, roughly four billion light-years from Earth. Ultra-diffuse galaxies such as GAMA 526784 have a number of peculiarities. For example, their dark matter content can be either extremely low or extremely high — ultra-diffuse galaxies have been observed with an almost complete lack of dark matter, whereas others consist of almost nothing but dark matter. Another oddity of this class of galaxies is their anomalous abundance of bright globular clusters, something not observed in other types of galaxies. Hubble captured GAMA 526784 with the Advanced Camera for Surveys (ACS), which was installed in 2002 by astronauts during Hubble Servicing Mission 3B. Since then, the instrument has played a pivotal role in some of Hubble’s most impressive scientific results, including capturing the Hubble Ultra Deep Field. The ACS has also photographed Pluto in advance of the New Horizon mission, observed gargantuan gravitational lenses and found fully formed galaxies in the early Universe. This image comes from a set of Hubble observations designed to shed light on the properties of ultra-diffuse galaxies. Hubble’s keen vision allowed astronomers to study GAMA 526784 in high resolution at ultraviolet wavelengths, helping to gauge the sizes and ages of the compact star-forming regions studding the galaxy.