El proceso de enseñanza-aprendizaje es aquel que se produce de un modo intencionado, tanto por parte del profesor como del alumno. Es decir, el docente tiene que querer enseñar y el estudiante tiene que querer aprender, de forma que ambas funciones están directamente relacionadas y son indispensables para que dicho proceso se dé correctamente.
En este sentido, los docentes deben planificar las actividades y las estrategias didácticas que se van a poner en marcha en el contexto escolar. Así como evaluar si se han logrado los objetivos esperados. Por otra parte, los estudiantes deben esforzarse y aprender a partir de las indicaciones dadas en clase y mediante los recursos educativos de los que disponen.
Además, los alumnos, como aprendices, deben llevar a cabo gradualmente las siguientes fases del aprendizaje, las cuales están interconectadas:
- Motivación e interés.
- Atención.
- Adquisición.
- Comprensión.
- Asimilación.
- Aplicación.
- Transferencia.
- Autoevaluación.
Así, la finalidad última del proceso de enseñanza-aprendizaje es que el alumnado consiga adquirir una serie de competencias y contenidos que se especifican en el currículo educativo.
Tanto el alumno como el docente son las piezas centrales del proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, el contenido y las variables ambientales tienen una gran influencia en la adquisición de nuevos conocimientos.https://7560115f604721245b907c2ae7718d0f.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html
El contenido hace referencia a lo que se está tratando de enseñar y tendrá mayor relevancia si el alumno le da algún valor o si tiene una aplicación práctica. Por su parte, las variables ambientales propician el espacio ideal para el proceso, ya que se deben satisfacer todas las necesidades del niño y tener una estimulación adecuada.
Elementos implicados
En definitiva, se puede decir que los elementos implicados en este proceso son:
- La figura activa del maestro y del estudiante.
- La comunicación abierta y fluida entre los docentes y entre el profesorado y el alumnado.
- La determinación clara de unos objetivos, contenidos (conceptuales, procedimentales y actitudinales) y competencias que se deben desarrollar a lo largo del proceso.
- La puesta en práctica de metodologías adecuadas para la transmisión y aplicación de los conocimientos.
- La existencia de diversos medios y recursos educativos para facilitar el aprendizaje.
- Un sistema de evaluación continuo para valorar las funciones del profesorado y del alumnado.
- El contexto educativo y cultural que afecta directamente en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Como puedes ver, el proceso de enseñanza-aprendizaje es muy complejo e involucra una gran cantidad de factores diferentes. La correcta interacción entre todos los elementos implicados es lo que garantiza la eficacia del proceso. De esta manera, el docente juega un papel fundamental, sin embargo, el alumno, el contenido y el ambiente también son preponderantes.